Soy capaz de enumerarte todas las cosas que puede o no puede hacer, lo que sabe y lo que no…
Las maneras de adaptar, de incluir, de jugar… con y para ella.
Pero soy incapaz de hablar de quien es Alba más allá de su discapacidad.
Que triste ¿verdad? A mi que se me llena la boca de inclusión y normalidad…
Pues me he puesto como tarea que la semana que viene seré capaz de hablar de ella, que sabré quién es… porque si yo no lo sé ¿cómo pedirle al mundo que la nombren como Alba?
